Nunca des el Cien ®

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No eres tú, es tu trabajo

En tu carrera profesional, mi deseo para ti es que experimentes varios días importantes.

Tu primer día, tu primera quincena, cuando te promueven, tu aniversario en el trabajo, la posada, tu segunda promoción.

Y tu último día en ese trabajo.

Renunciar a tu trabajo para algunas personas nos puede resultar sumamente difícil. Es una relación humana que cultivamos con los años, esas personas se vuelven parte de nuestra vida cotidiana, somos seres sociales y es altamente improbable evitar crear conexiones.

Sumándole a la carga emocional que es la de cortar la cotidianeidad de las relaciones humanas que creaste, no se pueden olvidar todas las implicaciones estresantes que podemos llegar a pensar al tomar la decisión de renunciar, yo por ejemplo podría pensar que:

  • Ya me rendí o que no me esforcé lo suficiente para que funcionara

  • Y que no soy suficientemente buena para este trabajo

La psicóloga Melissa Doman agrega:

"Para muchas personas, su trabajo está fuertemente ligado a su identidad y su autoeficacia”.

Y claro una tercera parte de esta ecuación es experimentar el miedo de salirse de la tan menospreciada "Zona de Confort".

Constantemente recibimos mensajes de salirnos de la "Zona de Confort", como si resultara en algo tóxico para nosotros, o simbolizara que nos queremos quedar estancados y eso aparentemente está mal. Pero muy al estilo de mi mantra "Nunca des el 100", ¿Para qué dar el extra, si con lo suficiente basta? ¿Para qué agitar algo que no necesita ser agitado?, como una coca-cola, que incluso si la agitas, explota y se escurre en tus manos.

Rogelio Segovia bien lo menciona en su artículo para El Financiero, titulado "¡Viva la zona de confort!":

La definición de confort es breve: “bienestar o comodidad material”. Por su parte, cuando hablamos de bienestar nos referimos a una vida abastecida de cuanto conduce a pasarlo bien y con tranquilidad, lo que nos permite el buen funcionamiento de la actividad somática y psíquica. Entonces, ¿estar en un lugar que te produce bienestar físico, cognitivo y emocional es malo?

Entonces hasta ahora tenemos tres partes en esta historia de renuncia:

  1. Una es la realidad de que tus interacciones con las amistades que hiciste en ese se van a limitar.

  2. La segunda es la carga emocional de dejar atrás una parte de nuestra personalidad.

  3. La tercera es abandonar lo que conocíamos como "Zona de Confort".

El resultado de esta historia va a depender de ti y de cómo manejes tus emociones, pero déjame recordarte que ninguna cantidad de compensaciones, bonos, méritos y elogios pueden llenar ese vacío, ese sentimiento de angustia, "burnout", desvelos, fines de semana perdidos que llevas cargando desde hace mese y que te llevaron a tomar esa decisión.

Pregúntate ¿De qué me estoy perdiendo por estar trabajando en fin de semana? ¿Qué me esta quitando este trabajo? ¿De qué me estoy perdiendo por quedarme horas extras? ¿Cómo estoy invirtiendo mi tiempo? ¿Soy yo o soy mi profesión?

Yo creo firmemente que si el trabajo me esta quitando algo debe ser por decisión o convicción propia y no al revés.

Renunciar a tu trabajo para algunos nos puede resultar en un proceso doloroso, pero estoy segura de que llegaste (o te hicieron llegar) a ese punto por algo, como dice mi amistad a la que le dediqué mi artículo pasado "Mi amistad renunció, y lo único que tengo es este termo de la empresa"

"Ni con dinero me curan la depresión"


Referencias

York, J. (n.d.). Why does quitting your job still feel so hard? BBC Worklife. Retrieved September 26, 2022, from https://www.bbc.com/worklife/article/20210823-why-does-quitting-your-job-still-feel-so-hard

Segovia, R. T. E. P. P. /. (2022, September 9). Rogelio Segovia: ¡Viva la zona de confort! El Financiero. Retrieved September 26, 2022, from https://www.elfinanciero.com.mx/monterrey/2022/09/09/rogelio-segovia-viva-la-zona-de-confort/