Esta semana marcó el cierre de Mavericks: Cerrando el Changarro, el tercer evento que organicé en este 2024 como una iniciativa personal para crear una comunidad que rescate la búsqueda constante de no “perder” en la vida mientras trabajamos. Con una audiencia llena de curiosidad y ganas de aprender, nos reunimos para reflexionar sobre lo que el año nos dejó y cómo enfrentar el ajetreo festivo con calma y claridad. Sin embargo, detrás de la organización de estos espacios hay algo más profundo: el espíritu de Mavericks.

Defino a un Maverick como un individuo independiente que cuestiona el status quo y traza su propio camino. Para mí, ser un Maverick es aprender las reglas del juego, no para seguirlas ciegamente, sino para redefinirlas en función de lo que realmente importa. Es no permitir que nuestra identidad gire únicamente en torno al trabajo, sino construir una vida que integre propósito, descanso y humanidad.

Organizo estos eventos porque creo en la importancia de dar una plataforma a los profesionistas extraordinarios que me rodean, personas que enriquecen mi vida profesional y personal. Pero también lo hago porque, en lugar de esperar ser invitada a la conversación, elijo crearla. Para mí, estos encuentros son una oportunidad para abordar temas relevantes que nos ayuden a crecer como sociedad y como individuos.

En esta ocasión, el tema central fue cómo cerrar ciclos con intención, una tarea crucial al final del año. El evento contó con la participación de speakers increíbles, como Cathy Valdéz, quien presentó el tema “Godínez vs. Emprendedor”. Cathy confrontó los estereotipos de dos perfiles laborales: el "Godínez," asociado al trabajo estable en oficina con horarios fijos, y el emprendedor, quien inicia su propio negocio. Desmontó mitos comunes, como la idea de que los Godínez son infelices y los emprendedores disfrutan libertad y riqueza instantáneas. En realidad, ambos roles implican retos y buscan el mismo objetivo: seguridad financiera y desarrollo personal. Su charla nos dejó una lección clave: más allá de etiquetas, lo importante es alinear nuestras elecciones laborales con nuestras pasiones y metas, considerando nuevas posibilidades, como la del “Godimprendedor”.

El panel que moderé con Luis Salas, Carolina Maier y Bty Martínez complementó este enfoque y resaltó puntos clave:

• Reconocer la importancia de las pausas: Incorporar actividades que nos renueven mental y emocionalmente, como el deporte, la lectura o simplemente el descanso sin culpa. Las pausas no solo son necesarias, sino poderosas.

• Aprender a decir "no": Establecer límites protege nuestro bienestar y fortalece nuestra capacidad de negociar y priorizar.

• Cuestionar la cultura laboral: No todas las culturas laborales son para todos. Es importante buscar espacios donde podamos crecer sin sacrificar nuestra salud.

• Celebrar logros y aprender del fracaso: Cada paso que damos, incluso los tropiezos, nos acerca a ser mejores en lo que hacemos. Siempre debemos recordar que trabajamos con personas, no con métricas.

De este último evento del año, que me puso muy nerviosa, arrepentida y resignada, me quedo con una cita compartida por Bty Martínez:

"El crecimiento exponencial es tener constancia y voltear hacia atrás para reconocer lo que hemos logrado, sin obsesionarnos con los números."

Cerrar el año no es solo tachar pendientes de una lista interminable; es también detenernos para apreciar cuánto hemos crecido y permitirnos planear el futuro con claridad. Este cierre de año no solo marca el fin de un ciclo, sino también siembra la semilla de lo que viene.

Con cada evento, me reafirmo en la importancia de conectar, escuchar y compartir. Este fue nuestro tercer encuentro de 2024, y ya miro hacia marzo 2025 con emoción, cuando Mavericks vuelva con nuevos temas, nuevas voces y el mismo propósito: ayudarnos a navegar juntos los desafíos que enfrentamos como profesionistas y seres humanos.

Mientras tanto, mi invitación es esta: tómate un momento para reflexionar sobre tu propio año. Cierra tu changarro con intención. Reconoce tus logros, descansa y haz espacio para lo que viene.