La montaña es para todos, pero no todos son para la montaña.
Esta frase me la dijo una amiga mientras disfrutábamos de una hamburguesa de pollo empanizado bañada en salsa picante. Mientras ella comía con elegancia y pulcritud, yo parecía una criatura salida de un pantano.
A ambas nos gusta correr, pero mi amiga lleva su pasión a un nivel superior practicando el trail running o carrera de montaña, una disciplina que demanda una conciencia activa del terreno y una resistencia prolongada. Al escuchar esa frase, experimenté una sensación cálida al recordar todas las veces que he interactuado con las montañas: alcanzar la cima de un sendero para disfrutar de la vista de la ciudad o contemplar el cielo estrellado en lugares como Guacayvo en la Sierra Tarahumara.
Para personas como mi amiga, la montaña tiene un significado distinto al que yo le atribuyo. Si intentara adoptar su perspectiva y enfrentarme a la montaña desde sus zapatos, es muy probable que no logre tener éxito, ya que la visión que ella tiene de la montaña no se alinea con la mía.
No vemos las cosas como son, sino como somos. Este concepto lo he mencionado en otras situaciones antes; sin embargo, comprenderlo es muy liberador, ya que nos permite abordar situaciones, conflictos o problemas desde nuestro punto de vista personal. Además, las creaciones personales suelen ser las más creativas.
A veces, al hablar con mis estudiantes, percibo un sentimiento de anhelo por querer ser como los artistas o figuras públicas que siguen en redes sociales. Siempre me aseguro de ayudarles a recalibrar su brújula interna, recordándoles que esas figuras no enfrentan el mismo contexto que ellos. Es probable que no tengan la misma responsabilidad de estudiar, hacer tareas, o incluso equilibrar los estudios con un trabajo para pagar la colegiatura, o planificar sus ideas considerando la movilización a los lugares que necesitan llegar. Aunque ambos lados comparten una meta y parecen observar la montaña de manera similar, el camino hacia ella será diferente para cada uno. Algunos llevan más tiempo recorrido, otros están apenas comenzando; algunos tienen mejor equipamiento para la travesía, mientras que otros tienen una gran fuerza física. Por último, hay quienes comienzan a escalar esa montaña y descubren que la meta que pensaban que deseaban, en realidad no es lo que anhelaban. Así como hay personas que no están destinadas a enfrentar esa montaña, también hay quienes no están destinados a alcanzar esas metas que anhelaban.
Darse cuenta de eso puede resultar aterrador, ya que nuestros objetivos a menudo están entrelazados con nuestros sueños. Comprender que ese sueño que tenías no era para ti puede fragmentar los pilares de tu personalidad y tu esencia como persona.
En el mundo profesional, todas las oportunidades están ahí, esperando ser aprovechadas por aquellos que se esfuerzan por alcanzarlas, al igual que esas montañas están allí para ser escaladas. Sin embargo, en ocasiones nos encontramos con que las oportunidades que anhelábamos no son realmente las que están destinadas para nosotros. La clave está en reconocer cuáles son verdaderamente compatibles con nuestras habilidades, valores y metas profesionales, y enfocar nuestros esfuerzos en ellas con determinación y claridad de propósito.
Si te encuentras en la situación en la que la montaña que elegiste no es para ti, tal vez sea el momento de considerar otra montaña o incluso otro deporte. En un artículo de Forbes titulado "¿Realmente puedes vivir la vida de tus sueños, o debes conformarte con menos?" escrito por Kitty Boitnott, se sugiere que, para navegar por esta incertidumbre, intentes reconectar con los sueños de la infancia como una forma de encontrar dirección en la vida laboral. Esta sugerencia de Boitnott me recuerda a una escena de una de mis películas favoritas, "Up in the Air", donde el personaje de George Clooney, al tratar de motivar al personaje de J.K. Simmons por su despido, le comenta que esta puede ser la oportunidad de emprender ese objetivo que tuvo que poner en pausa por atender a su familia, implicando que, en una situación donde aparentemente lo perdió todo y no hay mucho que perder, tal vez sea el momento de rescatar aquello que tuvo que poner en pausa en su juventud.
En su artículo para HBR titulado "Cuando te das cuenta de que nunca obtendrás tu trabajo soñado", escrito por Stewart D. Friedman, el autor comparte la sugerencia de centrarse en lo que realmente es importante en la vida y ajustar las metas en consecuencia. Además, invita a la exploración de nuevas formas de encontrar satisfacción y realización personal más allá de las metas profesionales tradicionales. Friedman menciona lo siguiente en su artículo:
“Aunque puedas no alcanzar el puesto que una vez soñaste, con resiliencia, persistencia y experimentación consciente, el ensayo y error eventualmente puede llevarte a un lugar donde sientas que estás haciendo lo que realmente estabas destinado a hacer desde el principio."
Hay una frase que me gusta mucho, aunque pueda parecer algo mórbida, sobre la idea de enfrentar los grandes retos que nos imponemos:
“Recuerda que cada cadáver en el Everest alguna vez fue una persona altamente motivada”.
Finalmente, como bien decía mi amiga, hay montañas que no son para todos. Sin embargo, mientras sigamos en movimiento con una actitud constante de aprendizaje, podemos darnos cuenta y construir ese camino que potencialmente nos puede ayudar a alcanzar una vida estable. Boitnott nos invita a reflexionar con esta cita de su artículo:
“Eres el único responsable de tu vida, y siempre tienes la capacidad de elegir. Puedes vivir la vida de tus sueños si realmente lo deseas. La clave está en saber qué quieres y tomar decisiones basadas en tus verdaderas aspiraciones”.
Referencias:
Boitnott, K. (2024, January 24). Can you really live the life of your dreams, or do you have to settle for less? Forbes. https://www.forbes.com/sites/forbescoachescouncil/2017/07/10/can-you-really-live-the-life-of-your-dreams-or-do-you-have-to-settle-for-less/?sh=2f01f22b5e92
Friedman, S. D. (2015, April 1). When you realize you’ll never get your dream job. Harvard Business Review. https://hbr.org/2015/04/when-you-realize-youll-never-get-your-dream-job