Durante esta semana una noticia local destacó durante varios días en el noticiero de la Lic. Maria Julia. El encabezado de la noticia era sobre una escuela que había sido vandalizada 13 veces.

Y que hasta ese momento las autoridades habían ido a revisar la situación.

El segundo día el encabezado decía 14 veces.

Y el tercer día de estar hablando de la noticia, decía que esa escuela ya había sido vandalizada y robada 15 veces.

Haciendo a un lado el sentimiento de decepción hacia las autoridades, no pude evitar reflexionar ¿Es acaso esto una situación similar a la teoría de las "ventanas rotas"?

La teoría de las "ventanas rotas" establece que cualquier signo visible y notorio de delincuencia y desorden civil, como ventanas rotas, vandalismo e incluso cruzar la calle imprudentemente o evadir pagar el transporte público, crea un entorno urbano que promueve aún más la delincuencia y el desorden.

Todos estos signos de deterioro o desestabilización envían un mensaje a los usuarios:

"Aquí no hay nadie que se preocupe o cuide de esto"

Nuestro aprendizaje desde infantes proviene de lo que vemos, aprendemos con el ejemplo de los demás, las conductas se contagian y según la historia de vida que llevemos, estos aprendizajes y atributos serán parte de nuestra personalidad. En otras palabras podría decirse que normalizamos comportamientos.

Que pegriloso sería, que solo por ver unas cuantas ventanas rotas en un edificio, normalizáramos y contribuyéramos a empeorar el estado de ese edificio.

Que peligroso sería también pensar que esto solo se aplica en espacios públicos, porque también el efecto de las "ventanas rotas" se puede ver reflejado en otros aspectos de nuestras vidas, como lo puede ser una empresa en la que es costumbre escuchar:

"Tengo horario de entrada pero no de salida"

"El equipo tiene que trabajar el fin de semana"

"Somos una familia" (no lo somos)

"Hay que ponerse la camiseta"

O la bonita costumbre de "recompensar" el buen trabajo con unas pizzas y un termo, en lugar de una compensación económica.

¿Cuáles serán las "ventanas rotas" que vemos en nuestros espacios laborales? ¿Quién se preocupa y procura un ambiente balanceado en la oficina? ¿Podré ser yo?

La solución al desafío de las "ventanas rotas" está en nosotros.

Si está dentro de mi alcance, sí. Me atrevo a decir que incluso valdría la pena dar el 100 en esa situación.

Si no está dentro de tu alcance, recuerda que el conocimiento da poder, con esto quiero decir que informar y señalar las situaciones que potencialmente deterioran nuestro ambiente influyen en la conciencia colectiva al grado de cambiar conductas y llamar a la acción.

Una vez identificado el problema la metodología a implementar será (irónicamente) una de repetición, hay reiterar modelos de trabajo que me ayuden a alcanzar una vida estable, que me ayuden a distinguir dentro de lo bueno y lo mejor. En otra entrada de mi blog había hablado de la cómo la repetición es la clave para el dominio de algo:

"La repetición te puede llevar a un lugar totalmente diferente del que iniciaste y llegarías con toda la sabiduría que acumulaste en el camino."

Amplifiquemos las acciones que nutren a la sociedad en lugar de deteriorarlas y veamos también en qué otros aspectos de nuestra vida las podemos implementar. Por favor no olvides que tenemos que reparar nuestras "ventanas rotas" personales.

No vaya a ser que nos caiga una piedra de repente.

Argandoña, A. (2004, October 18). La teorí­a de las ventanas rotas. El País. https://elpais.com/diario/2004/10/18/catalunya/1098061644_850215.html

Ruhl, C. (2021, July 26). Broken Windows Theory - Simply Psychology. Https://Www.Simplypsychology.Org/Broken-Windows-Theory.Html. https://www.simplypsychology.org/broken-windows-theory.html

Wilson, J. Q., & Kelling, G. L. (1982). Broken windows. Atlantic monthly, 249(3), 29-38.

Aranda, M. (2022, February 20). La clave del dominio. Nunca Des El Cien ®. https://nuncadeselcien.com/blog/repetir