Que este 2025 hagas lo que se te dé la gana

Cada vez que comienza un año nuevo, parece inevitable sentir la presión de imponernos propósitos, metas u objetivos. Es como si nos enfrentáramos a una lista invisible de expectativas que debemos cumplir para demostrar que avanzamos, que mejoramos, que "lo estamos logrando". Pero este año quiero invitarte a que hagas algo distinto: que hagas lo que realmente se te dé la gana.

Planear actividades y tener objetivos está muy bien; no me malinterpretes. Pero la realidad es que no necesitamos esperar al inicio de un año para proponernos algo. Podemos fijarnos metas en cualquier momento. Lo importante es que esas metas signifiquen algo para nosotros, que no sean una simple respuesta a lo que creemos que la sociedad espera de nosotros. Porque si no examinamos nuestros objetivos con detenimiento, corremos el riesgo de convertirlos en prisiones que nos alejan de lo que realmente somos.

Hace algunos años, alguien muy cercano a mí me enseñó algo que no he podido olvidar. Cuando éramos niñas, yo a menudo ignoraba sus consejos y, al darse cuenta, me decía con cierto tono de resignación pero también cariño: "Haz lo que quieras". No era una invitación a desobedecerla; más bien, era un recordatorio de que, al final, las decisiones que tomara serían mi responsabilidad, para bien o para mal. Esa frase, que en su momento sonaba a una mezcla de consejo y advertencia, me marcó profundamente. Y con el tiempo, entendí que escuchar a esas personas que realmente quieren lo mejor para nosotros puede ser igual de importante que seguir nuestro propio camino. Ellas nos conocen y nos apoyan, incluso cuando decidimos hacerlo "a nuestra manera". Por eso, este año, te invito a mantener cerca a esas personas que sabes que genuinamente te quieren. Ellas son un faro cuando las cosas se tornan confusas.

Este 2025, quiero recordarte que tus metas no tienen que seguir un guion establecido. No tienen que ser sacrificios ni obligaciones que te consuman. Déjalas ser aventuras. Déjalas ser caminos que disfrutes, que te diviertan, que te acerquen a lo que te hace feliz. Porque al final del día, el éxito no tiene una forma única ni un estándar universal.

Se dice que "el cielo es el límite", pero yo creo que el cielo está mucho más cerca de lo que imaginamos si nos tomamos el tiempo de resignificar cómo luce el éxito para nosotros. Quizás el éxito no sea conquistar el mundo, sino conquistar nuestro propio tiempo, nuestra paz, nuestros sueños más personales. A veces, el éxito se siente más como una pausa para tomar un café en silencio, o como la emoción de empezar algo nuevo solo porque sí, porque nos llena el alma.

Así que este año, deja de lado las expectativas ajenas. Crea tus propias reglas. Y haz lo que se te dé la gana. Porque, al final, nadie más que tú puede decidir qué significa vivir una vida plena.

Te deseo un 2025 lleno de aventuras inesperadas, de días que se sientan largos por todas las risas y cortos por lo bien que lo pasaste. Que esté lleno de esos momentos que ni sabías que necesitabas y que terminen siendo tus favoritos. Y, sobre todo, que encuentres la libertad de ser tú.