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SE REFIERE A REALIZAR ACTIVIDADES CON EL MÍNIMO ESFUERZO, SE REFIERE A PREGUNTARSE DOS VECES EL PORQUÉ DE LAS COSAS Y SE REFIERE A LA ACEPTACIÓN DE LO QUE SOMOS.

La Inmediatez y sus impactos

La Inmediatez y sus impactos

Disfruto mucho de las películas que exponen un increíble avance tecnológico para la humanidad y luego resultan en la destrucción de la misma. Un ejemplo de esta narrativa lo podemos ver en la adaptación cinematográfica del libro "I AM legend", protagonizada por Will Smith. La historia sigue a Robert Neville, el último hombre vivo en un mundo post-apocalíptico plagado de vampiros que han sido creados como resultado de una pandemia global. Neville se encuentra solo en su lucha por la supervivencia contra los vampiros, que temen a la luz solar y buscan matarlo. Si bien en el libro no describen el origen del virus, en la película se cuenta que el virus fue creado como una cura para el cáncer. Sin embargo, la cura resulta ser un virus genéticamente modificado que causa mutaciones y convierte a las personas en criaturas vampíricas, lo que finalmente causó la transformación de la mayoría de la población.

Narrativas como esta las hemos visto en diferentes presentaciones; si no es una cura para alguna enfermedad, es un animal, un robot o ayudante virtual que fueron creados, entrenados, programados para ayudar o mejorar de manera intelectual a la humanidad, hasta que estos entes mejorados se dan cuenta precisamente de la humanidad imperfecta y se dan a la tarea de erradicar todo aquello que no sea perfecto en su concepción, lo cual finalmente causa la destrucción de la población.

Cuando estudié cine brevemente en la UCLA, un maestro mencionó algo sobre cómo Hollywood se refleja constantemente, y esto resulta en ver historias similares con diferencias superficiales, lo cual es interesante darse cuenta.

El tema es que en cualquier momento Alexa puede decidir que ya no eres apto para gestionar las cuestiones del hogar y probablemente se deshaga de aquello que no funciona en su programación con el propósito de cumplir su misión, que paradójicamente es facilitarte la vida.

Estoy exagerando, no creo que suceda eso.

Pero puede ser que en cualquier momento tu FitBit decida apretarse más en tu muñeca para obligarte a hacer actividades físicas al grado de cercenar tu muñeca.

Sigo exagerando, no te asustes, te pido una disculpa.

El verdadero tema es que vivimos en un mundo donde la "inmediatez" está dada por sentada, casi que la consideramos un requisito en las actividades de comunicación y laborales, y esa "inmediatez" llegó para quedarse y ser parte de nuestras vidas gracias a los avances tecnológicos. Ahora tienes al alcance de tu mano la respuesta a muchísimas preguntas y la posibilidad de contactarte con personas que incluso están en otro huso horario y a miles de kilómetros de distancia.

Y todo va muy bien hasta ahora; somos capaces de comunicar al instante a nuestras amistades que estamos en cualquier lugar: en un concierto, en un parque, en la universidad o de vacaciones. Somos felices y estamos comunicados constantemente. Somos felices hasta que un sábado por la mañana, en un día que por lo general es de descanso, nos llega un mensaje con una solicitud laboral, una petición o un favor en calidad de urgencia que, si no resolvemos en ese instante, algo horrible y catastrófico va a suceder. Somos felices hasta que un domingo por la tarde, cuando estás extrayendo estas últimas horas del fin de semana, donde el tiempo es tuyo y lo dedicas a lo que quieres, suena en tu celular ese estribillo único del Outlook y eso te recuerda que sí, efectivamente, se está acabando el fin de semana.

Habrá quien le atribuya la "culpa" a la situación de recibir estos mensajes del trabajo fuera del horario laboral a una inefectiva gestión del tiempo. Pienso que son muchos los contextos en los que se puede dar esta situación, sin adentrarme mucho en ellos. Lo que sí sucede es que cada vez me convenzo más de que la "inmediatez" puede estar cultivando la mala costumbre de esperar que las personas estén disponibles en nuestros momentos de necesidad.

Y la realidad es que no.

Aunque bueno, hace poco mi amiga más cercana me llamó por teléfono y mi primer instinto fue asustarme. Por suerte, no era un tema de urgencia, pero la situación fue extraordinaria porque nunca nos hablamos por teléfono. Como buenas "elder millenials", nuestra comunicación es por mensajes.

Pero incluso hablando de aplicaciones de mensajes, las mismas te dicen exactamente cuándo la persona del otro lado leyó tu mensaje y hay quienes se enojan cuando esas palomitas no cambian de color indicando que ese mensaje ya fue recibido y visto. Querida persona que está leyendo esto, yo soy esa persona que tiene deshabilitada esa función, porque tengo una larga lista de temas que me dan ansiedad y dentro de la lista está, "cuando personas que no frecuento o no conozco me escriben". Poco a poco he podido brindar una solución a algunos puntos de mi lista, y para este en particular, mi estrategia es tomarlo con calma, revisar el mensaje y animarme a contestarlo en cuanto me sienta lista. Sí, acepto que es una solución que afecta al emisor, pero es lo que me funciona y yo de vuelta aplico cero expectativas cuando estoy buscando a alguien; si me contestan, qué bueno, y si no, ya será en otra ocasión.

Lo que trato de decir al confesar esto es que, si bien no podemos controlar el contexto en el que recibimos esos mensajes del trabajo fuera del horario laboral, sí podemos controlar cómo reaccionamos. Podemos tener estrategias para gestionar estos momentos estresantes que provoca la "inmediatez".

La "inmediatez" entonces trajo consigo esta libertad excesiva de buscar acceder a las personas y a la información. Vivimos también sobreinformados, lo que resulta en un constante sobre-pensamiento. De hecho, un estudio de la Universidad de Michigan concluye que sobre-pensar es una epidemia nacional (en Estados Unidos) entre adultos jóvenes y de mediana edad, de 25 a 35 años.

Melody Wilding, en su artículo para HBR titulado "3 Tipos de Sobre-pensamiento — y Cómo Superarlos", destaca que el sobre-pensamiento puede ser agotador y llevar a la ansiedad y al agotamiento si no se controla adecuadamente. Además, señala que puede crear cuellos de botella en la toma de decisiones y fomentar una cultura de aversión al riesgo en las organizaciones, lo que limita su crecimiento.

Incluso, Wilding sugiere consejos prácticos para abordar el estrés que causa la acción de sobre-pensar:

  1. Asignar momentos de contemplación: Wilding sugiere asignar un tiempo específico para preocuparse, dividir las preocupaciones en categorías controlables e incontrolables, y practicar la visualización para dejar de lado las preocupaciones incontrolables. Te confieso que yo aplico esto. Cuando después de la hora de la comida regreso a trabajar, comienzo a experimentar lo que coloquialmente se conoce como "el mal del puerco", que es un sentimiento de pesadez y somnolencia. Cuando me siento así, abordo esos pendientes que me preocupaban y que no había podido resolver debido a la ansiedad que me causaban. Así no solamente logro resolverlos, sino también me despierto y puedo continuar trabajando en mi horario laboral.

    Sé que esto suena muy poco ortodoxo, pero me funciona.

  2. Practicar el distanciamiento temporal: Wilding recomienda utilizar la capacidad de proyectarse mentalmente en el futuro para poner las preocupaciones en perspectiva, practicar el "distanciamiento temporal" para reducir la intensidad de las preocupaciones y practicar la "ignorancia selectiva" para reducir la exposición a fuentes de estrés innecesarias. Como te mencioné antes, yo tengo deshabilitada la función de mensajes vistos, así reviso los mensajes cuando tengo la disponibilidad de verlos. También te confieso que en mis redes sociales tengo bloqueado cierto tipo de contenido y de personas, personas incluso que conozco en persona, pero por mi estabilidad mental no consumo su contenido pero les deseo mucho éxito en cualquier cosa que hagan.

  3. Sobreanálisis: Finalmente, Wilding propone el enfoque de "satisfacción" en lugar de buscar la elección perfecta, establecer criterios de decisión claros y priorizar los criterios más importantes para tomar decisiones más efectivas. En lugar de esforzarse por la elección perfecta, apunta a una que sea "suficientemente buena". Una vez que una decisión cumple con tus criterios establecidos y es satisfactoria, debes proceder con ella. O bueno, como yo sugiero de forma irónica, "Nunca des el 100", y si lo vas a dar en algo, más vale que sea en algo que hayas decidido y analizado que es la decisión correcta para ti.

Sin planearlo mucho, confesé muchas cosas en este artículo/ensayo/bonito pensamiento. Pero espero que al final de todo esta idea te ayude a tomar tiempos de pausa y reflexión, incluso que ayude a practicar más la empatía. A lo mejor la vida no se trata de qué tan inmediato nos comuniquemos, sino de qué tan profundas son las relaciones humanas que podamos ser capaces de cultivar.


Referencias:

Most women think too much, overthinkers often drink too much. (2003, February 4). University of Michigan News. https://news.umich.edu/most-women-think-too-much-overthinkers-often-drink-too-much/

Wilding, M. (2024, February 13). 3 types of overthinking — and how to overcome them. Harvard Business Review. https://hbr.org/2024/02/3-types-of-overthinking-and-how-to-overcome-them

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