Hoy tenemos una nueva Presidenta
No quería escribir sobre esto, pero aquí estoy, con mi mente inquieta pensando en señales de cambio, como las que menciona Bty Martínez en su charla TEDx.
Hay señales de cambio que, si nos damos el tiempo de observar, podemos identificar y adelantarnos al futuro. Y hay otras que solo se ejecutan si hay un detonante que le dé impulso a esa ola para que nosotros la naveguemos.
Hace más de 20 años, nuestro país vivió un cambio significativo en su gobierno, después de que un partido político conservara el poder por más de 70 años. Este cambio fue posible por ciertos factores:
Deseo de Cambio: Después de más de 70 años de gobierno ininterrumpido por un partido político, había un deseo creciente de cambio entre la población mexicana. La gente estaba cansada de la corrupción, la falta de transparencia y el autoritarismo asociados con dicho partido.
Campaña Efectiva: El candidato opositor que resultó ganador utilizó estrategias de mercadotecnia política innovadoras y se conectó bien con los votantes, presentándose como un líder carismático y accesible. Era una figura pública que, al final del día, tenía un amplio conocimiento de su audiencia.
Crisis Económica: La crisis económica de 1994-1995 (conocida como el "Error de Diciembre") y la subsiguiente recesión económica habían afectado gravemente a México. Esto generó descontento con el partido en turno y abrió la puerta para que los votantes consideraran seriamente una alternativa.
División en el Partido en Turno: El partido enfrentaba divisiones internas y desgaste después de tantos años en el poder. Esto debilitó su capacidad para presentar un frente unido y atraer a los votantes. Lo hemos visto en los deportes y en diferentes escenarios: los equipos se deterioran, sobre todo si no se adaptan. Ejemplo de esto es la selección femenina de fútbol de Estados Unidos, que fue bicampeona en 2015 y 2019, hasta que llegó España con un punto de vista fresco.
Reformas Políticas: La creación del Instituto Federal Electoral (IFE, ahora INE) y la implementación de nuevas reglas electorales redujeron las posibilidades de fraude electoral. Por esto, hay que cuidar y proteger a la organización con uñas y dientes.
Apoyo de la Sociedad Civil: Numerosas organizaciones de la sociedad civil y observadores internacionales jugaron un papel importante en la vigilancia de las elecciones, lo que ayudó a asegurar su limpieza y transparencia. Teníamos una sociedad sedienta de aliviar su fastidio, y tal vez sin tantas distracciones ni complicaciones para obtener información fidedigna, como las que tenemos hoy con las redes sociales.
Coaliciones y Alianzas: El candidato ganador también logró formar alianzas con otros partidos, lo que le permitió consolidar un amplio apoyo y aumentar sus posibilidades de éxito.
La victoria de hace más de 20 años y la transición del poder se pueden considerar un cambio organizacional significativo en el contexto del sistema político de México. Un cambio organizacional implica una transformación fundamental en la estructura, procesos y cultura de una organización. En este caso, la "organización" sería el sistema político mexicano.
Por lo que yo he vivido, me parece que el cambio organizacional generalmente es difícil de manejar e implementar, incluso en las propuestas de proyectos en el lugar donde trabajo. Al menos desde mi perspectiva, es lo primero que descartan las organizaciones. Sin embargo, herramientas como el Modelo de Lippitt-Knoster, desarrollado por la Dra. Mary Lippitt (y posteriormente adaptado por Timothy Knoster) para la Gestión del Cambio Complejo, proporcionan una base sólida y clara para hacerlo posible.
El modelo me encanta por la claridad con la que se expone. Está integrado por 6 componentes que, si se cumplen todos, permiten alcanzar una implementación exitosa. Si fallamos en alguno, el resultado se quedará corto o presentará problemas al tratar de ser adoptado.
Cuando aquel icónico candidato ganó las elecciones presidenciales hace más de 20 años, cumplía los requisitos descritos en el Modelo de Lippitt-Knoster:
Visión:
Sí. El candidato tenía una visión clara de un México más democrático, transparente y con reformas económicas y sociales importantes. Promovió la alternancia en el poder y la democratización del país como parte central de su campaña.
Consenso:
Parcialmente. Si bien logró un amplio apoyo popular para su elección y rompió con el dominio del otro partido, durante su presidencia enfrentó desafíos significativos para generar consenso en el Congreso, que a menudo estaba dividido, dificultando la implementación de muchas de sus reformas.
Habilidades:
Parcialmente. El candidato trajo un enfoque empresarial y moderno al gobierno, pero la falta de experiencia política de algunos miembros de su administración y la resistencia burocrática existente complicaron la implementación de su visión.
Incentivos:
Parcialmente. El candidato intentó crear incentivos para el cambio mediante diversas políticas y programas. Sin embargo, la resistencia de intereses establecidos y la burocracia institucional dificultaron la creación de incentivos efectivos para el cambio.
Recursos:
Sí. Durante su presidencia, México gozó de estabilidad económica relativa y recursos que permitieron impulsar algunos programas y reformas. Sin embargo, la eficiencia en el uso de estos recursos varió según las áreas de gobierno.
Plan de Acción:
Sí, pero con dificultades. Se presentaron diversos planes y propuestas de reformas. Sin embargo, la implementación de su plan de acción encontró numerosos obstáculos políticos y burocráticos, lo que limitó su efectividad.
Puedo denotar que se cumplieron en varios aspectos los componentes del modelo de Lippitt-Knoster, especialmente en términos de visión y recursos. Sin embargo, el candidato enfrentó desafíos significativos en generar consenso y crear incentivos, así como en desarrollar las habilidades necesarias para implementar sus cambios de manera efectiva. La complejidad del sistema político mexicano y la resistencia al cambio dentro del gobierno y la sociedad limitaron la plena realización de su visión.
Hoy me pregunto: ¿qué desafíos enfrentará nuestra presidenta? Además del escrutinio constante que una mujer en una posición de liderazgo debe soportar, ¿será una presidenta que unifique a esta sociedad dividida por la desigualdad y las diferencias de pensamiento? ¿O será una presidenta que amplifique la brecha de desigualdad y la polarización de opiniones?
Solo el tiempo dirá qué podemos esperar, pero por el momento, parece que este nuevo personaje cumple con la mayoría de los componentes del Modelo Lippitt-Knoster. Sin embargo, puede que tenga dificultades en generar consenso y asegurar recursos suficientes. La influencia de una figura tan mediática en muchos frentes es incierta, y también cabe preguntarse si tener a una mujer presidenta tendrá algún impacto en la violencia de género en el país.
Hoy tenemos una nueva presidenta, y si bien es un hecho histórico, no podemos dejar a un lado la complejidad de las capas que trae consigo, ya sean proyectos, ideologías o agendas. Los ciudadanos, hoy más que nunca, tenemos la responsabilidad de ser críticos, objetivos y reactivos ante los sucesos que ocurran en este próximo sexenio. Como una sociedad conectada tecnológicamente, no podemos perder la responsabilidad de monitorear las decisiones y velar por las futuras generaciones de un país tan rico y abundante como México, que ha sido saqueado durante tanto tiempo.
Referencias:
Donnelly, S. (2023, May 17). Managing complex change Matrix for CFOS (Lippit-Knoster model). Finance Alliance. https://www.financealliance.io/managing-complex-change-matrix/#what-is-the-lippitt-knoster-model-for-managing-complex-change