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SE REFIERE A REALIZAR ACTIVIDADES CON EL MÍNIMO ESFUERZO, SE REFIERE A PREGUNTARSE DOS VECES EL PORQUÉ DE LAS COSAS Y SE REFIERE A LA ACEPTACIÓN DE LO QUE SOMOS.

Navidad en agosto y las prisas para nuestro calendario emocional

Navidad en agosto y las prisas para nuestro calendario emocional

Fui al HEB y me tuve por unos momentos, un sentimiento de incredulidad a lo que esta viendo. Ahí estaban: luces navideñas, esferas doradas y hasta unos venados de acrílico viéndome desde el aparador. En pleno agosto. Cuando aún faltan fechas como el Grito de Independencia, Halloween y el Día de Muertos.

Confieso que soy nostálgica. Me gusta que cada época tenga su momento, su ritmo natural. No me emociona pensar que el año se está acabando cuando apenas estamos a mitad de camino. Hay algo en mí que se resiste a esa prisa constante por acelerar el tiempo, por saltarnos etapas como si fuera una carrera hacia la línea de meta.

Pero mi inquietud fue más profunda que solo la nostalgia. Al ver esos adornos, sentí esa presión familiar: "ya se acerca la época navideña, debería empezar a pensar en regalos, en decoración, en todo lo que necesito para las fiestas." Y ahí estaba una vez más: la trampa de la urgencia artificial.

Hace unas semanas, durante mi charla en WorkCafé Santander, quería hacer un experimento con los asistentes. Planeaba preguntarles cuántos habían comprado algo esa semana porque "lo necesitaban YA", y luego cuántos habían dicho "no tengo tiempo" mientras se entretenían con cualquier otra actividad. Pero la dinámica no se dio como esperaba - a veces pasa en las presentaciones virtuales, la gente se queda en modo espectador.

Aún así, sabía que esas preguntas tocaban algo universal. Esa incomodidad que probablemente has sentido: el dilema constante entre "lo compro ahora" o "es muy pronto", que después se convierte inevitablemente en "ya es muy tarde y seguramente ya no hay productos". Esa angustia de llegar al último momento es exactamente lo que quieren que sintamos los mensajes de mercadotecnia de estos productos.

Porque eso es lo que está pasando en el HEB, en Amazon con sus ofertas flash, en Instagram con sus anuncios de "últimas piezas disponibles". No nos venden productos. Nos venden la sensación de que si no actuamos ahora, perderemos algo importante.

México es señalado como el tercer país que pasa más tiempo en el celular según la OCDE. Por esto, estamos constantemente expuestos a tres tipos (de muchos, probablemente) de manipulación psicológica: el marketing de escasez con sus "solo quedan 3" y "oferta por tiempo limitado", el FOMO financiero que nos hace temer perdernos lo que "todo el mundo tiene", y la dopamina del carrito de compras donde cada click genera una pequeña recompensa química.

La frecuencia de compra online en México es alta, superando el promedio de otras naciones, con un enfoque en categorías como alimentos, ropa y electrónicos - probablemente algunas de estas compras sean por impulso. Y ahí puede encontrarse el costo real de la cultura de la urgencia: burnout, como suma o resultado de factores externos, ansiedad constante, la sensación de nunca llegar a todo en nuestra salud mental; gastos impulsivos que descarrilan nuestros presupuestos en las finanzas personales; y multitasking en lugar de presencia genuina en nuestras relaciones.

Hace años, mi hermana me dio un consejo que cambió todo: “Nunca des el 100". En ese momento me reí en tono de broma, con incredulidad, pero ese consejo transformó mi relación con el tiempo, el dinero y conmigo misma. Apliqué esa filosofía a mis compras incluso, creando lo que llamo (y uso de manera personal porque aplica en mi caso) "la matriz del consumo consciente", inspirada en la matriz de Eisenhower.

Es simple: si algo es urgente E importante, como medicina o reparaciones críticas, se debe comprar inmediatamente. Si no es urgente PERO sí importante, como educación o herramientas de trabajo, planifico y presupuesto. Si es urgente pero NO importante, como ofertas flash o tendencias, aplico la pausa. Y si no es ni urgente ni importante, como compras por aburrimiento, simplemente digo no.

Me he dicho varias veces, “no necesitas más juguetes antiestrés”

Por compras como esa, antes de cualquier compra no esencial, me obligo a hacerme tres preguntas fundamentales: ¿lo necesito realmente o solo lo quiero?, ¿ya tengo algo que cumpla esta función?, y ¿cómo me sentiré con esta compra en 6 meses? Si la respuesta a las tres es positiva, entonces aplico mi regla de tiempo de reflexión con números ilustrativos: más de $500 espero un día, más de $2,000 espero una semana, más de $10,000 espero un mes. Gran porcentaje de las compras impulsivas las hacemos en un estado emocional alterado, y cuando esperamos, ese estado cambia.

No se trata de nunca disfrutar. Se trata de elegir conscientemente. Algunos microcambios que transforman: hacer listas de compras y respetarlas, eliminar apps de tiendas del celular, revisar suscripciones mensualmente poniendo una alarma. En el tiempo, agendar bloques para descansar sin culpa, enfocarse en una sola tarea a la vez, hacer pausas conscientes cada 2 horas. En las decisiones, la pausa de 3 respiraciones antes de decidir, separar lo urgente de lo importante cada mañana, y preguntarse: "¿esto me acerca a lo que realmente valoro?"

Durante la charla también hablé sobre el poder de decir no, que se vuelve un superpoder: no a proyectos extra cuando ya estás saturado, no a emails fuera del horario laboral, no a promociones que no necesitas aunque estén "en oferta", no a invitaciones a gastos sociales que exceden tu presupuesto. La verdadera riqueza no está en tener más, sino en necesitar menos.

Cuando vi esos adornos navideños en agosto, reconocí inmediatamente la estrategia: crear urgencia artificial para que empiece a pensar en gastos navideños con cuatro meses de anticipación, acelerando artificialmente mi calendario emocional. Le comenté a una empleada que el arreglo se veía bonito, y ella me dijo que apenas los habían puesto. Compré solo lo que tenía que comprar, salí del supermercado y me fui a casa a disfrutar este agosto que aún no termina, este año que todavía tiene mucho que ofrecer.

Tu futuro yo te va a agradecer que hoy elijas la pausa sobre la prisa, la intención sobre la inercia, y la conciencia sobre el consumo automático.

¿Y tú qué me dices? ¿Has notado cómo la urgencia artificial afecta tus decisiones de compra? ¿Qué estrategias has desarrollado para resistir la presión del "lo necesito ya"? ¿También eres de los que se resisten a que les aceleren artificialmente las épocas del año?


🎬 ¿Te sientes siempre corriendo contra el tiempo?

Si te identificas con vivir en "piloto automático", gastando más de lo planeado y sintiendo que nunca tienes suficiente energía para lo que realmente importa, esta charla es para ti.

En "¿Urgente o necesario? Como la prisa nos lleva a consumir más y vivir menos", comparto:

✨ La historia detrás del consejo que cambió mi vida: "Nunca el 100" 📱 Por qué los mexicanos pasamos 8 horas diarias en el celular (y cómo nos afecta) 🛒 Las tácticas que usa la industria para hacernos comprar por impulso 🧠 Herramientas prácticas como la matriz "Urgente vs Importante" ❄️ El poder del "periodo de cooling off" antes de tomar decisiones

La verdadera riqueza no está en tener más, sino en necesitar menos.

Si estás listo para dejar de vivir apresurado y empezar a vivir con intención, dale play 👇

Charla completa en YouTube - WorkCafé Santander

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