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¿Realmente nos "curamos" del #burnout? Yo diría que no.

¿Realmente nos "curamos" del #burnout? Yo diría que no.

El otro día estaba conversando con mi editor fantasma acerca de cómo a veces revivimos o recordamos ciertas heridas o situaciones traumáticas de forma recurrente.

Es común que cuando llega el invierno, esas heridas mal curadas, tratadas inadecuadamente o que no recibieron la rehabilitación necesaria, vuelvan a doler. Incluso, no necesariamente tiene que ser el invierno; puede ser que todo esté bien hasta que hago "ese" movimiento que me impide realizar cierta actividad.

Aunque reconozco que para algunas personas responsables con sus tratamientos esto no es tan típico.

La cuestión es que tengo una teoría o hipótesis que compartí con mi editor fantasma. Mientras hablábamos de traumas del pasado, no pude evitar pensar que el #burnout es también un tipo de trauma que experimentamos. Siguiendo la línea de las causas que generan dolores, surge la pregunta:

¿Realmente nos "curamos" del #burnout?

Yo diría que no.

A través de la lectura de comentarios, conversaciones con varios alumnos y profesionales, y escuchando sus testimonios de "desgaste" y cómo somatizaron el estrés o la adrenalina en enfermedades y padecimientos físicos, he logrado distinguir ciertos patrones similares a esas heridas y traumas del pasado que parecen dispararse cada cierto tiempo o con algún detonante en particular (como intentar cargar a tu sobrino de 7 años sabiendo que tienes una epicondilitis lateral). Lo que diferencia estos desencadenantes del "deber ser" de poder navegar las situaciones que causan #burnout es que nosotros debemos tener la capacidad de reconocer previamente esos síntomas que nos han llevado a padecerlo.

En resumen (y esto puede no gustarle a todos), no creo que uno se cure del burnout, pero sí creo que se aprende a navegar la vida a pesar de él. Con el tiempo, aprendemos a reconocer los desencadenantes.

Deborah Siege-Acevedo, en su artículo para HBR titulado "La escritura puede ayudarnos a sanar del trauma", menciona lo siguiente:

"Un reciente artículo de opinión en la sección Sunday Review del New York Times confirma lo que yo, como escritor y profesor de escritura, he presenciado repetidamente: la escritura expresiva puede sanarnos".

Añade también:

"Hay investigaciones que sugieren que el trauma daña el tejido cerebral, pero cuando las personas traducen su experiencia emocional en palabras, es posible que estén cambiando la forma en que se organiza en el cerebro".

En la misma línea, la autora Louise DeSalvo menciona en su libro "La escritura como una forma de sanación: Cómo contar nuestras historias transforma nuestras vidas" que la creatividad es una respuesta fundamental del ser humano ante el trauma y un sistema natural de defensa de emergencia. Este libro se basa en numerosos estudios científicos que respaldan la eficacia de utilizar la escritura como una herramienta de rehabilitación.

En mi caso particular, se me ocurrió publicar mi primer libro, "Nunca des el 100, me dijo mi hermana", durante la pandemia. Al reflexionar sobre ello, constantemente cuestiono mi "audacia" al publicar algo sin tener en cuenta un público objetivo para mi libro. Menciono esto porque constantemente insto a mis estudiantes a definir a su audiencia. A posteriori, creo que la Mónica del pasado simplemente tenía la profunda necesidad personal de rehabilitarse de los eventos traumáticos que había experimentado debido al #burnout.

Cuando se trata de los eventos traumáticos que experimentamos en la vida, el poeta Rumi, del siglo XIII, tiene una frase que cambia un poco la perspectiva de cómo abordamos estas heridas:

"La herida es el lugar por donde la luz entra en ti".

Desde entonces, pensadores como Freud y Brené Brown han expresado y difundido la idea de encontrar fortaleza al abrazar nuestra vulnerabilidad.

Combinando estos pensamientos con la creatividad, podemos alcanzar la autenticidad en nuestras obras. El director de cine Martin Scorsese afirma:

"Lo personal es lo más creativo".

Finalmente, al utilizar la escritura para abordar aquello que es muy personal para nosotros, podemos adquirir la capacidad de saborear la vida dos veces: en el momento presente y en retrospectiva. De esta manera, nos mantenemos como protagonistas de nuestras vidas en lugar de ser víctimas de circunstancias que escapan a nuestro control.


Referencias:

Siegel-Acevedo, D. (2021, July 1). Writing Can Help Us Heal from Trauma. Harvard Business Review. https://hbr.org/2021/07/writing-can-help-us-heal-from-trauma

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