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¿Estás dando tu 100 para los demás o para tu ego?

¿Estás dando tu 100 para los demás o para tu ego?

Estaba conversando sobre los acontecimientos de mi semana con mi hermana y como siempre sucede para mi dicha y a veces mi pequeña desgracia, (por el esfuerzo que requiere) me dijo otra frase más que potencialmente se puede convertir en otra conferencia, otro libro o incluso una película. Su comentario resonó lo suficiente en mi cabeza para quedarse rebotando como pelota de pingpong por tanto espacio vacío.

No, no hay tanto espacio vacío en mi cabeza, de hecho, hay muchos datos curiosos sobre Diseño y Star Wars.

El tema es, que mi hermana me dijo:

"¿Estás dando tu 100 para los demás o para tu ego?"

"Nunca des el 100" me dijo mi hermana hace muchísimos años para consolarme por un error que había cometido en mi trabajo, para hacerme reír y para dimensionar las situaciones estresantes de la vida y recordar que debo centrarme para trabajar con lo que tengo al alcance y de la mano con las habilidades que poseo.

Si hay algo que me ha instado mi hermana toda la vida, es la consciencia de buscar el bienestar comunitario, por esto, me hace perfecto sentido que cuestione mis intenciones de alcanzar eso que yo defino como meta, si bien siempre dicho que ese 100 debe ser redituable para ti, ahora me pregunto como líder de un equipo que no solo debe ser redituable para mí sino también para mi equipo.

Mi objetivo laboral de este año, es estar en el radar de todos los de mi organización.

Suena sencillo, pero es la punta del iceberg.

Como speaker para el seminario de ¿Cómo cambiar al mundo? Organizado por la ONG: Cómo vamos Nuevo León, invité a los estudiantes a reflexionar con la pregunta:

"Ustedes como futuros líderes, ¿Cómo van a crear espacios laborales estables para sus colegas y compañeros de equipo? ¿Cómo van a crear mejores experiencias de usuarios que no desgasten a sus personas y que les ayuden a mantener un equilibrio en sus vidas?"

En esta temporada de mi vida, he sumado a mi pensamiento que yo no puedo brindar bienestar si no lo tengo, pero también si quiero alcanzar el bienestar para mí, me tengo que asegurar de que los demás lo tengan.

He aprendido que es algo cíclico.

Cuando te están dando las instrucciones para usar las máscaras de oxígeno en un vuelo de avión, te indican que principalmente los adultos deben ajustar sus máscaras antes de ayudar a los niños. Y pienso que esto es una gran metáfora para la vida porque, primero debo asegurarme de que yo tengo las energías necesarias para mantenerme viva y habiendo asegurado esto, ya me puedo ocupar de los demás resultando también en mi propia tranquilidad.

Mi tranquilidad ahora se traduce en que mi equipo esté realizándose en el trabajo, en que "brillen" pero en que también descansen. La Mónica de hace unos años, daba su 100 por su ego, por alcanzar méritos y nombramientos, siempre estaba cansada y por esa falta de sueño y la generación constante de cortisol se enfermaba con frecuencia.

Todo eso en conjunto hacía que mi ego tuviera el tamaño de 87 pisos, pero tenía la fragilidad de una burbuja.

Rasmus Hougaard en su artículo para el HBR titulado "El ego es el enemigo de un buen liderazgo" menciona lo siguiente sobre el ego:

"Nuestro ego es como un objetivo o blanco que llevamos con nosotros. Y al igual que en cualquier tiro al blanco, cuanto más grande es, más vulnerable es a ser golpeado. De esta manera, un ego inflado hace que sea más fácil para otros aprovecharse de nosotros. Debido a que nuestro ego anhela atención positiva, puede hacernos susceptibles a la manipulación. Nos hace predecibles. Cuando las personas saben esto, pueden jugar con nuestro ego. Cuando somos víctimas de nuestra propia necesidad de ser vistos como grandes, terminamos siendo llevados a tomar decisiones que pueden ser perjudiciales para nosotros mismos, nuestra gente y nuestra organización."

Yo no soy la única causa de mi éxito, la realidad es que me considero muy afortunada de que mis acciones o palabras resuenen con otras personas, pero si me doy crédito de que estoy haciendo en estos momentos lo mejor que puedo (o estoy dando el 100) por la Mónica del pasado que tenía la creencia limitante de que todo lo tenía que hacer bien y que equivocarse era lo peor que le podía pasar.

Hoy por hoy, me encuentro constantemente revisando mi ego y controlándolo con un sentido de curiosidad, apertura por aprender y agradecimiento por la compañía de mis seres queridos en las aventuras a las que les llevo y disfrutando de vuelta, las alegrías en sus vidas.

Finalmente, te dejo la misma pregunta que me hizo mi hermana mientras me comía las galletas de mi cuñado:

"¿Estás dando tu 100 para los demás o para tu ego?"


Referencias:

Hougaard, R. (2018, November 7). Ego Is the Enemy of Good Leadership. Harvard Business Review. https://hbr.org/2018/11/ego-is-the-enemy-of-good-leadership

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