Resiliencia en el mundo animal: Un acto de fe
Hace muchísimas lunas atrás me di el tiempo de ver una serie de documentales sobre la naturaleza y los animales.
Solo vi dos episodios.
Pero fueron suficientes para dejar una marca indeleble en mi memoria.
El primer episodio muestra la historia del ganso percebe que habita en lugares como Groenlandia y que se distingue por su cara y vientre blancos y la cabeza, el cuello y la parte superior del pecho negros.
Lo que me cautivó del ganso percebe fue que, para alejarse de los depredadores, coloca sus nidos en las cimas de los acantilados, una vez que sus crías nacen, la madre las somete el rito de supervivencia más extremo que he visto pues el polluelo debe saltar desde su nido y aguantar los golpes de una caída de más de 100 metros.
La complexión de su pequeño cuerpecito debe ser capaz de sobrellevar los golpes de esta aparatosa caída, pero no todas las crías tienen la fortuna de sobrevivir.
Lo que me sorprende de este salto mortal, es la paradoja que representa porque el ganso lo tiene que hacer si o sí para poder vivir.
¿Qué cosas tenemos que hacer nosotros para vivir?
¿Qué cosas tenemos que hacer nosotros para vivir una vida plena?
¿Qué cosas tenemos que dejar de hacer para tener vivir una vida plena?
La última te la puedo responder diciendo: "No dando el 100"
El instinto del ganso percebe para sobrevivir lo lleva a saltar, pero yo pienso que para mí como humana lo que me mueve a hacer las cosas o a aguantar estas cosas es la resiliencia.
La resiliencia es la capacidad de recuperarse de los contratiempos, e incluso puede marcar la diferencia entre las personas exitosas y las que no lo son. Si bien el pensamiento convencional asume que la resiliencia es algo que encontramos dentro de nosotros, no siempre es el caso, sobre todo siendo seres sociales cuyas circunstancias influyen en nuestra personalidad, las relaciones educan y nutren la manera en la reaccionamos ante la adversidad.
Mi mamá me dice que lo único que tengo que procurar, es ser alguien mejor de lo que era ayer.
La mamá del gansito percebe el cual esta a punto de dar el salto mortal, lo único que puede hacer es esperar a que su cría sobreviva la caída para después volar por el mundo y convivir. El polluelo salta desconociendo si va a sobrevivir, pero lo hace con la simple intención de encontrarse con su madre.
No puedo evitar admirar la valentía del gansito percebe aunque sé que lo hace por instinto. Sin embargo, estoy segura de que si se da la circunstancia en la que yo necesite valor para hacer algo, mis amigos estarían ahí para animarme a lograrlo.
En los espacios laborales es fundamental nutrir la resiliencia, porque es probablemente donde más nos encontramos con obstáculos, por esto tenemos que entender la importancia de hacer crecer y mantener una red de conexiones valiosas. Por ejemplo, si veo que el equipo de directivos escucha pero no reacciona ante los posibles riesgos que les indico, debo entonces dirigir mi mirada a las conexiones de valor que he logrado y solo colaborando con ellas podremos ser agentes de cambio para mejorar las condiciones laborales.
"Hay fuerza en los números"
La resiliencia nos ayuda a sobrellevar situaciones complejas y en paralelo pone a prueba nuestra capacidad de adaptación.
Sophia Epstein para su artículo de BBC menciona:
"La adaptabilidad no se trata solo de sobrevivir a un cambio cuando te golpea, eso es resiliencia. En cambio, dicen los expertos, para ser verdaderamente adaptable, debe estar activamente preparado para el cambio, incluso defenderlo, y agregar constantemente más capacidades a su repertorio para que su conjunto de habilidades pueda satisfacer las necesidades emergentes."
Jacqueline Brassey, científica jefe de la Práctica de Desempeño Organizacional y de Personas de McKinsey & Company menciona que:
“La resiliencia se trata de recuperarse y levantarse mientras que la adaptabilidad se trata de levantarse y rebotar hacia adelante".
Rebotar como el gansito percebe mientras cae por el acantilado.
Si te reíste, continúa leyendo.
Porque si bien el gansito percebe va rebotando entre las piedras, ya que saltó por instinto y necesidad de supervivencia, nosotros también trabajamos por necesidad y las largas horas laborales son esas "piedras" figurativas del acantilado con las que nos vamos impactando y desgastando.
Pero a diferencia del polluelo, para nosotros no se trata de vida o muerte (¿o sí?) se trata finalmente de tener resiliencia, de adaptarse y de poder pivotar, no con el propósito de sobrevivir, sino con el propósito de alcanzar la plenitud.
Referencias:
The Secret to Building Resilience. (2021, September 17). Harvard Business Review. https://hbr.org/2021/01/the-secret-to-building-resilience
Epstein, S. (n.d.). How adaptability helps you ‘bounce forwards’ at work. BBC Worklife. https://www.bbc.com/worklife/article/20220915-how-adaptability-helps-you-bounce-forwards-at-work