Hacen falta mujeres
"Hacen falta mujeres", me dijo mi hermana mientras hablábamos de la perimenopausia y menopausia.
Y tenía razón.
Hay mucha información ahí afuera. Testimonios, blogs, libros. Pero también hay historias silenciosas de mujeres muy cercanas a nosotras que no tuvieron voz en decisiones que transformaron sus cuerpos para siempre. Historias donde doctores, en su mayoría hombres, tomaron decisiones que pudieron haber hecho sus vidas más llevaderas.
Una persona muy querida para nosotras tuvo su matriz removida. La consecuencia: su menopausia se adelantó 10 años. Diez años de su vida atravesados por un cambio hormonal que llegó antes de tiempo, porque alguien más decidió por ella.
Y esto no es anecdótico. Los estudios lo confirman: las mujeres que se someten a histerectomía tienen casi el doble de probabilidades de experimentar menopausia precoz, incluso si conservan los ovarios. Aproximadamente el 15% la experimenta tras la cirugía, comparado con solo el 8% que no se operó.
Vi un post que decía: "My doctor asked me if I wanted night sweats or if I wanted cancer". "Mi doctor me preguntó si quería sudores nocturnos o si quería cáncer."
Esta es la clase de falsa dicotomía que se les presenta a las mujeres cuando hablan de terapia hormonal. Como si las únicas opciones fueran sufrimiento o muerte. Como si no hubiera matices, conversaciones profundas, alternativas reales.
¿Y si la persona que te está tratando pudiera entender lo que estás viviendo? ¿Y si hubiera empatía de verdad?
Hay datos que lo dicen: las mujeres médicas tienen mayor empatía que los hombres. Las pacientes les atribuyen con mayor frecuencia frases como "parece que sabe por lo que estoy pasando". Y sí, la empatía importa. Importa cuando tu cuerpo está cambiando y nadie parece escucharte.
No es solo en medicina. Hacen falta mujeres en tecnología, en ciencia, en publicidad. Hacen falta mujeres en espacios de liderazgo.
¿Recuerdas a Scully de X-Files? Dana Scully, la médica forense que resolvía casos con ciencia mientras Mulder perseguía extraterrestres. Resulta que el impacto de personajes como este fue real y medible. Un estudio del Geena Davis Institute encontró que el 63% de las mujeres familiarizadas con ella dijeron que Scully aumentó su confianza para seguir una carrera en STEM. El 50% aumentó su interés en ciencia.
Una personaje de ficción logró lo que décadas de campañas institucionales no pudieron: inspirar a una generación completa de mujeres a creer que la ciencia era para ellas.
Porque la representación importa. Vernos reflejadas importa.
En mi carrera profesional, donde he estado rodeada de más mujeres que hombres, algo se vuelve evidente: las instrucciones que recibo de las mujeres son bastante más puntuales que las de los hombres. No es algo que solo yo haya notado. Aunque los estudios específicos sobre esto sean escasos, la evidencia muestra que las mujeres líderes tienden a ser más directas y concisas en entornos empresariales. La comunicación efectiva es una característica del liderazgo femenino. Y cuando las cosas se dicen con claridad, cuando las expectativas son puntuales, todo funciona mejor. No hay espacio para malos entendidos. No hay agendas ocultas.
Hacen falta mujeres. En las consultas médicas donde se toman decisiones sobre nuestros cuerpos. En los laboratorios donde se investiga nuestra salud. En las salas de juntas donde se decide cómo se nos representa. En los equipos donde se crean productos que usaremos.
No como cuota. No como diversidad cosmética. Sino porque nuestras perspectivas, nuestra empatía, nuestra forma de comunicarnos y de liderar hacen la diferencia.
Hacen falta mujeres que entiendan por lo que otras mujeres están pasando. Que no minimicen el dolor. Que no reduzcan decisiones complejas a falsas dicotomías.
Hacen falta mujeres tomando decisiones.
Y sobre todo, hacen falta mujeres creyendo que merecen estar ahí.
“Cerrando el Changarro - 2da Edición”
Un espacio para pausar al final del año y revisar lo que este ciclo nos dejó.
A través de tres miradas, reflexionamos sobre los aprendizajes que nos formaron, lo que hoy nos sostiene y las posibilidades que se abren para el futuro.
Un cierre simbólico de actividades para reconocer lo vivido, soltar lo que ya no va y prepararnos para lo que sigue con más intención y menos prisa.
Tendremos charlas, snacks y convivencia, ¡Ven con tus amistades y participa!




