Manual de convivencia para Godínez. 1ra edición
En mi casa hay una gran cantidad de libros, desde revistas científicas, colecciones de enciclopedias, ficción, no ficción, arte, política, cine, química y misterios del universo. Me atrevería a lanzar el reto de que me preguntes sobre un género y estoy segura de que tenemos algo al respecto. Hay incluso unos libros únicos, pero también obsoletos, los cuales con tan solo hojear una página me convirtió en una escéptica en segundos. Para mí, uno de ellos es "El libro de etiqueta de Amy Vanderbilt".
No es un libro que deseche, pero sí me causa gracia su contenido. Escrito precisamente por Vanderbilt, una experta en etiqueta y protocolo estadounidense, en 1952, este libro pretendía ser un manual para mujeres, sobre las normas sociales, buenos modales y comportamiento adecuado en diversas situaciones, desde cenas formales hasta interacciones cotidianas. Vanderbilt abogaba por la elegancia, la cortesía y el respeto en las relaciones humanas, adaptándose a los cambios sociales y culturales de su época.
Uno de los capítulos que más me llamó la atención es el Capítulo 23, titulado "¿Cómo debe ser una mujer?". En él, la autora ofrece consejos que hoy podrían considerarse, cuanto menos, curiosos. Por ejemplo, Vanderbilt sugiere que "la mujer que cultiva la habilidad de escuchar y ejecuta las instrucciones sin argumentos vanos, tiene un lugar importante en el mundo de los negocios". También aborda temas como el "exceso de vellos", algo que, sin duda, refleja las preocupaciones de una época muy distinta a la nuestra.
No leí el libro completo, pero asumo que la autora tenía las mejores intenciones. Sin embargo, hoy en día, muchas de sus recomendaciones resultan desfasadas, incluso cómicas. Esto me llevó a pensar: ¿qué pasaría si yo me atreviera a escribir un manual de normas sociales? Pero no uno dirigido a la alta sociedad o a las cenas formales, sino a los Godínez, esos héroes anónimos de la oficina que sobreviven a juntas interminables, cafés aguados y correos electrónicos a altas horas de la noche. Se vería mas o menos así:
Manual de normas sociales para Godínez que se respetan a sí mismos (y a los demás)
El arte de decir "no" con elegancia:
Un Godínez que valora su tiempo y salud mental sabe declinar reuniones innecesarias. Por ejemplo:"Gracias por pensar en mí, pero este tema lo podemos resolver por correo."
"¿Podemos agendarlo para la próxima semana? Hoy estoy enfocado en priorizar otras tareas."
Respeto al espacio personal:
No invadas el cubículo de un compañero sin preguntar primero. Un simple "¿Tienes un momento?" es suficiente.
Evita leer por encima del hombro a menos que te hayan invitado explícitamente a hacerlo.
Ética del café:
Si te sirves la última taza de café, ¡haz más! No dejes la cafetera vacía como si fueras el último superviviente de un apocalipsis zombi. Piensa en los demás zombis (también conocidos como tus compañeros de la oficina).
Si usas la leche o el azúcar de la oficina, repón lo que consumas. De lo contrario, alguien en su momento "quiero ver el mundo arder" puede atraparte y hacerte un meme o sticker del "gandalla del azúcar".
Juntas eficientes:
Si organizas una reunión, asegúrate de tener un objetivo claro y una agenda definida. Nadie quiere estar en una junta de dos horas que pudo ser un correo electrónico.
Si la junta es de una hora, termínala en una hora (o antes, si es posible). Pero, por favor, evita decir "les regreso 5 minutos de su tiempo", porque, sinceramente, nadie va a celebrar esos 300 segundos como si fueras un héroe. Mejor sé puntual desde el principio y todos te lo agradecerán.
Cultura del lunch:
No hables con la boca llena, pero tampoco critiques lo que otros están comiendo. Cada quien tiene derecho a su tupper misterioso.
Si calientas comida en el microondas, asegúrate de que no huela como si estuvieras cocinando una bomba química. Y si lo hace, ¡ventila el área!
Respeto al horario:
No llegues tarde a las juntas, pero tampoco seas el/la que siempre llega 15 minutos antes y mira mal a los que llegan a la hora exacta.
Si es viernes, no propongas nuevas tareas a menos que sea absolutamente urgente. Todos merecemos un fin de semana sin estrés.
Desconexión digital:
Respeta tu hora de salida y la de los demás. No envíes mensajes o correos fuera del horario laboral a menos que sea una emergencia real.
Si trabajas desde casa, establece límites claros entre tu vida personal y laboral. No dejes que el trabajo invada tu espacio de descanso.
Mientras que el libro de Amy Vanderbilt refleja una época en la que las normas sociales estaban llenas de formalidades y expectativas rígidas, el mundo de los Godínez requiere un enfoque más práctico y humano. Se trata de respetar el tiempo, el espacio y la dignidad de los demás, pero también de cuidar de uno mismo.
Así que, si alguna vez decido escribir mi propio manual de etiqueta, será uno que incluya frases como:
"Un Godínez que se respeta no acepta juntas los viernes, a menos que sea para planear la hora de salida."
"Recuerda: el café es sagrado, pero no tanto como el tiempo de tus compañeros."
¿Y tú? ¿Crees que me faltaron algunas reglas? ¿Qué normas agregarías a este manual de convivencia para Godínez?